Es evidente que la Lomce es una de las leyes educativas
que más rechazo están suscitando. En mi experiencia docente, nunca he
presenciado tanta crispación y tanta movilización popular. Uno de los
aspectos que quiero exponer, como profesora de filosofía, es la situación deplorable en que ha quedado esta materia en la Lomce. Se elimina la obligatoriedad de dicha asignatura
en cuarto de ESO y en segundo de bachillerato, desapareciendo por ello
las asignaturas de ética y historia de la filosofía, y esta se convierte
en una vulgar optativa más. ¿Qué pensarían los clásicos, los pilares de
nuestra cultura, de la ciencia, del pensamiento racional y del arte
ante un ultraje semejante?
Es evidente que hay un gran desconocimiento, por parte de nuestros gobernantes, sobre lo que es la filosofía y sobre la importancia indiscutible que tiene dicha disciplina en la cultura y el conocimiento. Pero creo que la cuestión tendría que enfocarse del siguiente modo: ¿por qué esa ignorancia intencionada sobre la filosofía? ¿Por qué el sistema quiere desembarazarse de dicha área? ¿Por qué resulta tan molesta la filosofía al statu quo? ¿Por qué renunciar a la asignatura de ética cuando muchas personas se quejan de la falta de valores de la sociedad?
Creo que sólo desde la más vergonzosa ignorancia se puede hablar de calidad de la educación o de formación integral prescindiendo de la filosofía. Me resulta igualmente inconcebible hablar de la preparación de futuros ciudadanos, si a estos se les priva de pensamiento crítico y libre, si se les priva del discurso racional y la argumentación, del diálogo, la ética y la lógica del discurso como alternativa pacífica para la resolución de conflictos. Ver el mundo sin la percepción de la filosofía es sinónimo de padecer una miopía mental. Desde luego, en España no saldremos del oscurantismo sólo con traducir al inglés la ignorancia que padecemos.
Es evidente que hay un gran desconocimiento, por parte de nuestros gobernantes, sobre lo que es la filosofía y sobre la importancia indiscutible que tiene dicha disciplina en la cultura y el conocimiento. Pero creo que la cuestión tendría que enfocarse del siguiente modo: ¿por qué esa ignorancia intencionada sobre la filosofía? ¿Por qué el sistema quiere desembarazarse de dicha área? ¿Por qué resulta tan molesta la filosofía al statu quo? ¿Por qué renunciar a la asignatura de ética cuando muchas personas se quejan de la falta de valores de la sociedad?
Creo que sólo desde la más vergonzosa ignorancia se puede hablar de calidad de la educación o de formación integral prescindiendo de la filosofía. Me resulta igualmente inconcebible hablar de la preparación de futuros ciudadanos, si a estos se les priva de pensamiento crítico y libre, si se les priva del discurso racional y la argumentación, del diálogo, la ética y la lógica del discurso como alternativa pacífica para la resolución de conflictos. Ver el mundo sin la percepción de la filosofía es sinónimo de padecer una miopía mental. Desde luego, en España no saldremos del oscurantismo sólo con traducir al inglés la ignorancia que padecemos.
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